"Córdoba, Señor, sabe que te tiene,
cuando te ve venir de frente.
Córdoba, Señor, sabe que te quedas.
Córdoba, Señor, verá venir tu eterna Buena Muerte.
Y a Córdoba, Señor,
le seguirán sangrando las mismas heridas.
A Córdoba, Señor,
le seguirán poniendo coronas de espinas,
y a Córdoba, Señor,
le darán a beber vinagre para que sacie su sed.
Señor perdónalos porque no saben lo que hacen,
por los siglos, de los siglos, amén."
Fragmento del Pregón de Dª. Inmaculada Luque Calvo. -Córdoba, Cuaresma de 2.008-
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