HOY, nuestra ciudad rebosante de visitantes y espléndida por su Festival de los Patios, tiene un nombre de mujer, María Auxiliadora, y un lugar, el Bulevar del Gran Capitán. En el corazón físico de Córdoba, la imagen de María Auxiliadora recibirá la coronación pontificia, que efectuará el arzobispo coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba, monseñor Juan José Asenjo. Las coronaciones pontificias son actos que se reservan a imágenes de larga e intensa devoción entre el pueblo que ya las ha coronado en su corazón (así ocurrió antes con las Vírgenes de Araceli, los Dolores, el Rosario, las Angustias, la Fuensanta o el Socorro).
Hace ciento ocho años, en 1901, los salesianos llegaron a Córdoba capital; dos años antes lo habían hecho a Montilla y en 1930 se instalaban en Pozoblanco. Llegaba a nuestra provincia un estilo de enseñanza y una forma de tratar a los alumnos que iba a provocar furor. Con años de experiencia, una buena organización y ganas de trabajar, los salesianos iban a aplicar en tierras cordobesas las frases de San Juan Bosco: «Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres», «Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor» o «Haz que todos los que hablan contigo se hagan amigos tuyos».
Los salesianos aportaron algo más entonces a Córdoba. El nuevo sistema educativo tuvo éxito, pero aún más la devoción a la Virgen que trajeron los salesianos desde Turín, María Auxiliadora: «En familias de hasta tres generaciones hay un gran cariño en considerar que es un valor importante en la educación compartir el amor a la Virgen. La Auxiliadora es signo de identidad para estas generaciones», ha dicho el salesiano don Andrés González Becerro, actual director del Colegio San Francisco de Sales, de Córdoba.
Otro salesiano, don Miguel Aragón, coordinador de los numerosos actos que han jalonado los dos años previos a la coronación de hoy, ha publicado el libro «María Auxiliadora en Córdoba». Sin Ella no podríamos entender todo lo demás: los 24 de mayo, verbenas, representaciones teatrales, proyecciones de cine, actuaciones de corales, deportes y juegos; dedicación a la juventud y atenciones sociales; Asociación de Antiguos Alumnos, Asociación María Auxiliadora y Hermandad del Prendimiento. Y miles y miles de cordobeses, la Familia Salesiana, ofrecidos en cuerpo y alma a Ella, que la aclaman rendidos a sus plantas y que le ruegan sea su consuelo en las horas de lucha y, al terminar esta vida, les lleve al cielo.
Todo ello nos lleva al solemne acto del Bulevar. «Nos mueven las personas», afirma don Miguel Aragón. Acaso una de las razones de la extensión de la devoción a María Auxiliadora en Córdoba, superando el marco docente salesiano, ha sido el nacer en el pueblo sencillo, de donde procede lo mejor de Córdoba. San Lorenzo, el popular barrio cordobés, fue el elegido para fundar la iglesia de María Auxiliadora y allí sigue ésta, ya elevada a la categoría de santuario, emanando luz para los demás barrios.
En el barrio de San Lorenzo late el corazón salesiano que se difunde por Córdoba, y el corazón de ésta, ciudad silenciosa y de reconocimientos callados, ha labrado una corona invisible que se une a la surgida de las manos de Emilio León y Rafael Valverde. No porque haya más o menos público en la coronación de hoy o en el traslado procesional, ni porque el inmediato 24 de mayo tenga un carácter especial, sino porque cada vez que se hable de María Auxiliadora siempre se hará con amor, o, al menos, con conocimiento y respeto.
Articulo publicado en el Diario ABC Córdoba 10/05/09
Hace ciento ocho años, en 1901, los salesianos llegaron a Córdoba capital; dos años antes lo habían hecho a Montilla y en 1930 se instalaban en Pozoblanco. Llegaba a nuestra provincia un estilo de enseñanza y una forma de tratar a los alumnos que iba a provocar furor. Con años de experiencia, una buena organización y ganas de trabajar, los salesianos iban a aplicar en tierras cordobesas las frases de San Juan Bosco: «Aquí hacemos consistir la santidad en estar siempre alegres», «Mi sistema se basa en la religión, la razón y el amor» o «Haz que todos los que hablan contigo se hagan amigos tuyos».
Los salesianos aportaron algo más entonces a Córdoba. El nuevo sistema educativo tuvo éxito, pero aún más la devoción a la Virgen que trajeron los salesianos desde Turín, María Auxiliadora: «En familias de hasta tres generaciones hay un gran cariño en considerar que es un valor importante en la educación compartir el amor a la Virgen. La Auxiliadora es signo de identidad para estas generaciones», ha dicho el salesiano don Andrés González Becerro, actual director del Colegio San Francisco de Sales, de Córdoba.
Otro salesiano, don Miguel Aragón, coordinador de los numerosos actos que han jalonado los dos años previos a la coronación de hoy, ha publicado el libro «María Auxiliadora en Córdoba». Sin Ella no podríamos entender todo lo demás: los 24 de mayo, verbenas, representaciones teatrales, proyecciones de cine, actuaciones de corales, deportes y juegos; dedicación a la juventud y atenciones sociales; Asociación de Antiguos Alumnos, Asociación María Auxiliadora y Hermandad del Prendimiento. Y miles y miles de cordobeses, la Familia Salesiana, ofrecidos en cuerpo y alma a Ella, que la aclaman rendidos a sus plantas y que le ruegan sea su consuelo en las horas de lucha y, al terminar esta vida, les lleve al cielo.
Todo ello nos lleva al solemne acto del Bulevar. «Nos mueven las personas», afirma don Miguel Aragón. Acaso una de las razones de la extensión de la devoción a María Auxiliadora en Córdoba, superando el marco docente salesiano, ha sido el nacer en el pueblo sencillo, de donde procede lo mejor de Córdoba. San Lorenzo, el popular barrio cordobés, fue el elegido para fundar la iglesia de María Auxiliadora y allí sigue ésta, ya elevada a la categoría de santuario, emanando luz para los demás barrios.
En el barrio de San Lorenzo late el corazón salesiano que se difunde por Córdoba, y el corazón de ésta, ciudad silenciosa y de reconocimientos callados, ha labrado una corona invisible que se une a la surgida de las manos de Emilio León y Rafael Valverde. No porque haya más o menos público en la coronación de hoy o en el traslado procesional, ni porque el inmediato 24 de mayo tenga un carácter especial, sino porque cada vez que se hable de María Auxiliadora siempre se hará con amor, o, al menos, con conocimiento y respeto.
Articulo publicado en el Diario ABC Córdoba 10/05/09
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