"Sólo tengo una forma de empezar: Negarme a mí mismo y entregarme en los Brazos de Cristo.
¡Señor de la Confianza, Tú que me bautizaste, concédeme la valentía de olvidarme del mundo y elevar mis ojos hacia Ti, Creador del Universo!
El pregonero que ante vosotros comparece, no tiene méritos ni capacidad, sólo lleva para este difícil camino, la esperanza de que Dios raje su corazón, lo ponga desnudo y palpite sus sentimientos. cofrades."
(Fragmento del Pregón de D. Fernando Morillo-Velarde Chiclana- Córdoba, Cuaresma de 1.995)
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