Mustafá Hassan tiene 33 años, descubrió Sevilla hace cinco, es católico, nigeriano y desde su llegada, supo que se tenía que integrar entre los sevillanos que tan bien lo habían acogido. Se gana la vida vendiendo pañuelos en uno de los muchos semáforos que cobijan inmigrantes.
Pero el suyo, es un caso de los que llaman la atención y se convierten en noticia. Aprendió español de la mano de la Fundación Doña María, que ha sido la que lo animó y acompañó hasta la igualá que convocó la hermandad de los Negritos para el paso de palio de la Virgen de los Ángeles.
Tanto la cofradía como el capataz, Antonio Santiago, se han sensibilizado con su historia. Tanto, que este año va a tener la oportunidad de portar a la Virgen de los Ángeles sobre sus hombros al haber entrado a formar parte de la cuadrilla de costaleros del palio. Ya ha hecho su primer ensayo y los que lo han visto dicen que “ha cogido el son” rápidamente.
La hermandad de los Negritos hace, de esta forma, un “guiño” a su propia historia incorporando a un costalero de color. La corporación comenzó siendo una cofradía racional, con el tiempo, su carácter original –ligada a los esclavos de la ciudad- acabó mezclándose con hermanos de raza blanca que son los que hoy predominan.
Este vecino, integrado en el barrio del Tiro de Línea, se bautizó y casó en la Parroquia de Santa Genoveva con Ebuwa Igninigie y es padre de dos hijas gemelas de nueve meses. Dicen que habla poco, que es feliz y muy trabajador. Eso sí, durante el Jueves Santo próximo no habrá más pañuelos para él que la tela de arpillera que cubera su cabeza.
(Noticia publicada en el Diario ABC de Sevilla 14/03/2012)
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