Día de fiesta y devoción en San Basilio
Como todos los años, el Alcázar Viejo se engalana en honor de Nuestra Señora del Tránsito Juegos populares y música acompañan a la procesión de la Virgen de Acá en un barrio con mucha tradición.
Ayer concluyó el fin de semana de fiestas del conocido como Alcázar Viejo. San Basilio se engalanó para la ocasión. Mantones en los balcones, banderolas por las calles y sus tradicionales macetas andaluzas en los alféizares embellecían un barrio de por sí hermoso. Por sus calles adoquinadas, los vecinos de hoy y de siempre paseaban a la espera del momento más importante del día, la procesión de gloria a la Virgen del Tránsito, la conocida como Virgen de Acá, que como todos los años desde el siglo XIX conducen por las calles del barrio y, desde hace menos, por la Judería.
San Basilio es conocido por sus arraigadas tradiciones. Un barrio de costumbres que se niega a perder. Desde la venta ambulante de higos chumbos a sus verbenas y misas, algarabía y cultos religiosos se unen en la barriada con motivo de las fiestas de la Asunción. Durante el fin de semana, la Asociación de Vecinos del Alcázar Viejo llevó a cabo juegos populares para niños y mayores. Vecinos, y no tan vecinos, participaron en carreras de sacos, yincanas y concursos. La mañana era para los más pequeños, la noche para toda la familia con espectáculos musicales para todas las edades y la tarde de ayer sábado para la Virgen.
Una hora antes de que se iniciase la procesión, la calle San Basilio olía a incienso, a historia y a religiosidad. Mayores y jóvenes se acercaban a la iglesia del barrio a visitar a su Virgen en los momentos previos al gran momento. Mujeres y hombres de todas las edades, ataviados con sus mejores ropas, se preparaban y cogían sitio en la plaza.
"San Basilio es como un pueblo, aquí sigue viva la tradición y a la procesión no solo vienen los vecinos, también quienes se fueron vuelven a verla", comenta una mujer mayor, que sentada en una silla de su casa, esperaba a que llegara la hora. Sin embargo, una vecina de Fátima que iba con su hijo aseguraba que "no tenía nada que ver a como era hace años", mientras Juan, un vendedor ambulante que desde hace quince años va a vender higos chumbos en la puerta de Sevilla, asentía a sus palabras.
A las 20 horas salía de la iglesia de nuestra señora de la Paz (más conocida como iglesia de San Basilio) la imagen de la Virgen de Acá entre los aplausos de los espectadores y el himno de España interpretado por la banda de Cañete de las Torres. Una talla del siglo XVII de origen anónimo que es el orgullo de sus vecinos. Dos cuadrillas de 25 costaleros pasearían la imagen por su barrio para después llevarla hasta la Mezquita-Catedral y volver a su iglesia. El itinerario tuvo que ser cambiado por las obras de la calle de Enmedio, teniendo que salir directamente de la iglesia en dirección a Caballerizas Reales, lo que no deslució la procesión. Media hora después de que la imagen abandonara la iglesia, se celebró una misa en su honor.
Terminado el culto y la procesión, los vecinos volvieron a la fiesta. Para cerrar el fin de semana, la asociación vecinal del Alcázar Viejo preparó unos espectáculos musicales. Después de esto, la Virgen tendrá que esperar encerrada hasta el próximo año, y sus gentes tendrán que aguardar hasta Semana Santa para volver a invadir las calles de San Basilio con el olor a incienso y la música de las bandas.
(Articulo publicado en el Diario Córdoba 16/08/2009)
Como todos los años, el Alcázar Viejo se engalana en honor de Nuestra Señora del Tránsito Juegos populares y música acompañan a la procesión de la Virgen de Acá en un barrio con mucha tradición.
Ayer concluyó el fin de semana de fiestas del conocido como Alcázar Viejo. San Basilio se engalanó para la ocasión. Mantones en los balcones, banderolas por las calles y sus tradicionales macetas andaluzas en los alféizares embellecían un barrio de por sí hermoso. Por sus calles adoquinadas, los vecinos de hoy y de siempre paseaban a la espera del momento más importante del día, la procesión de gloria a la Virgen del Tránsito, la conocida como Virgen de Acá, que como todos los años desde el siglo XIX conducen por las calles del barrio y, desde hace menos, por la Judería.
San Basilio es conocido por sus arraigadas tradiciones. Un barrio de costumbres que se niega a perder. Desde la venta ambulante de higos chumbos a sus verbenas y misas, algarabía y cultos religiosos se unen en la barriada con motivo de las fiestas de la Asunción. Durante el fin de semana, la Asociación de Vecinos del Alcázar Viejo llevó a cabo juegos populares para niños y mayores. Vecinos, y no tan vecinos, participaron en carreras de sacos, yincanas y concursos. La mañana era para los más pequeños, la noche para toda la familia con espectáculos musicales para todas las edades y la tarde de ayer sábado para la Virgen.
Una hora antes de que se iniciase la procesión, la calle San Basilio olía a incienso, a historia y a religiosidad. Mayores y jóvenes se acercaban a la iglesia del barrio a visitar a su Virgen en los momentos previos al gran momento. Mujeres y hombres de todas las edades, ataviados con sus mejores ropas, se preparaban y cogían sitio en la plaza.
"San Basilio es como un pueblo, aquí sigue viva la tradición y a la procesión no solo vienen los vecinos, también quienes se fueron vuelven a verla", comenta una mujer mayor, que sentada en una silla de su casa, esperaba a que llegara la hora. Sin embargo, una vecina de Fátima que iba con su hijo aseguraba que "no tenía nada que ver a como era hace años", mientras Juan, un vendedor ambulante que desde hace quince años va a vender higos chumbos en la puerta de Sevilla, asentía a sus palabras.
A las 20 horas salía de la iglesia de nuestra señora de la Paz (más conocida como iglesia de San Basilio) la imagen de la Virgen de Acá entre los aplausos de los espectadores y el himno de España interpretado por la banda de Cañete de las Torres. Una talla del siglo XVII de origen anónimo que es el orgullo de sus vecinos. Dos cuadrillas de 25 costaleros pasearían la imagen por su barrio para después llevarla hasta la Mezquita-Catedral y volver a su iglesia. El itinerario tuvo que ser cambiado por las obras de la calle de Enmedio, teniendo que salir directamente de la iglesia en dirección a Caballerizas Reales, lo que no deslució la procesión. Media hora después de que la imagen abandonara la iglesia, se celebró una misa en su honor.
Terminado el culto y la procesión, los vecinos volvieron a la fiesta. Para cerrar el fin de semana, la asociación vecinal del Alcázar Viejo preparó unos espectáculos musicales. Después de esto, la Virgen tendrá que esperar encerrada hasta el próximo año, y sus gentes tendrán que aguardar hasta Semana Santa para volver a invadir las calles de San Basilio con el olor a incienso y la música de las bandas.
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